ATOLÓN DE RASDU
3ª parte
Llegó el momento de despedirse de los compañeros de buceo y del Dive Team del Maldivian Dream, para poner rumbo a Kuramathi. Kuramathi es la mayor de seis islas que pertenecen a un pequeño atolón conocido como atolón de Rasdu, el cual se encuentra a 56 km de la capital del país, la isla de Malé.

Me esperaban cuatro días sola en el paraíso, y sin ninguna duda los aprovecharía para descansar y poner orden en mi Pecera antes de regresar al trabajo. Era muy consciente del privilegio que estaba viviendo en ese momento y no podía perder la oportunidad de disfrutar cada segundo en esta maravillosa isla.



No cabe duda que cuando estás en un lugar así, te acuerdas de muchas personas con las que te gustaría poder compartir este sueño, pero esta vez tocaba vivir esta experiencia sola. Tuve tiempo de recorrerme este pequeña isla e ir descubriendo cada rincón, sintiendo cada al caminar por la arena, disfrutando de las vistas, adentrándome en su increíble naturaleza y su fauna haciendo amigos en el camino como murciélagos, crías de tiburón, pequeñas morenas, delfines, salamandras…no estaba sola!!glú glú. Cada día era una nueva aventura.





Siempre he sido fan de los Spas y los centros de masaje, y en este resort tenían uno al cual me resulto muy difícil resistirme. Entre todos los tipos de masaje ofrecían un masaje relajante a cuatro manos…no hace falta que os diga entonces cual elegí: ¡MARAVILLA!. El masaje me lo dieron en una cabina encima del mar que para llegar a ella tenías que caminar por una pasarela de esas de postal. No tengo palabras…lo único que pensaba en ese momento era: ¡no te duermas María! ¡no puedes perderte esto!. Levantar la vista o mirar de reojo y ver ahí el mar mientras que te dan un masaje, es algo supercalifragilisticoespialidoso.. como cantaría Mary Poppins al ganar una carrera de caballos.



Cuando viajo siempre llevo conmigo un cuaderno y un bolígrafo. Los nuevos sabores, olores, imágenes, personas, experiencias…hacen que aflore las ganas de captar la esencia del lugar y de descubrirme a mi misma de un modo más objetivo y personal.



Sin ninguna duda Maldivas ha sido a fecha de hoy el viaje de buceo más impresionante que he hecho en mi vida. No sé si algún día podré volver, solo sé, que si hay algo de lo que me siento orgullosa en mi vida es de «no dejar para mañana, lo que puedo hacer hoy».
Quizás mañana ya sea tarde…